A mis 30 primaveras me he dado cuenta del fascinio que desde siempre me han provocado los hilos, las cuerdas, las lanas y todo lo que se puede hacer con ellas: ropa, cestos, mantas, pulseras, macramé. De hecho, revisando mi currículum artístico no encuentro música, ni escultura, ni fotografía, tan sólo un poco de pintura y sinfin de bufandas, jerseys, cinturones, pulseras y estuches, y hasta cortinas, que tejía con agujas, ganchillo, nudos y la mayor parte de las veces con el soporte técnico de una gran experta: mi madre.
Pues bien, me ha dado la ventolera, y me he autoproclamado Tejedora Independiente. En pocos días me armado de un arsenal de libros, agujas de punto, ganchillos, lanas e hilos y un deseo irreprimible de tejer como si no hubiese ropa en las tiendas. De repente, quiero tejer gorros, guantes, manoplas, calcetines, bolsos, como si mi cuerpo me pidiese a gritos envolverse en fibras entrelazadas de colores imposibles, texturas deliciosas y patrones que desafían al intelecto.
Y coincidencias de la Realidad (lo que los anglófonos llaman Serendipity), he encontrado un grupo de tejedoras de Coimbra que se juntan el primer sábado de cada mes a tricotar en conjunto y darle a la sinhueso, mientras intercambian conocimiento sobre las ancestrales técnicas de convertir fibras en tejidos. No puedo faltar a este Encuentro de Punto... qué emoción, un Knitting Meeting!
Sí, lo confieso, estoy viciada: hoy en cuanto esperaba una cola en el banco, he sacado discretamente el ganchillo del bolso y me he hecho un par de vueltitas para mi primera creación...:)
CONTINUARÁ...
2 comentarios:
Me encanta.
En tus genes tienes la herencia artística en la modalidad del hilo.
Algún día encontrare qué modalidad tengo yo, pero entre tanto, quiero un narciso de ganchillo. :)
Genial el corto.
Me quedo con muchas ganas de ver la continuación...
Saludos...
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