jueves, 18 de noviembre de 2010

Oda a un teléfono jubilado


Finalizan esta semana cinco años de convivencia ininterrupta con aparatito negro, que llegó a mis manos, con amor, un Noviembre en Alemania.

Hoy parece obsoleto y lleno de cicatrices, pero el día que llegó parecía lo más puntero de la tecnología.

Ha viajado, soñado, corrido, trabajado, llorado y reído conmigo.
Me ha transmitido, en varios países y lenguas, algunas noticas malas y muchísimas buenas. Me ha conectado a mi familia y ha traído a mi orejilla muchos viejos amigos que parecían perdidos en la memoria.

Los soportes van cambiando, pero lo esencial nos acompaña.

Mi viejo teléfono no deja de ser un cachito de plástico, que simboliza una etapa de este viaje. La etapa tal vez m
as difícil y la más feliz al mismo tiempo!

Ahora doy la bienvenida a otra fase telefónica de mi vida con un aparatito que suministra toda una experiencia comunicacional :

El Aifón!
(Gracias, otra vez, amante de la tecnología y amado mío!).

martes, 16 de noviembre de 2010

SMOVE - Sonríe y avanza




... Me parece una buena apuesta!

Cansancio

A veces el sueño nos vence, levantarse es un suplicio, vivir fuera de la cama parece un castigo divino.

Parece que todo se rompe, todo se cae, y todo lo que puede ir mal, va mal.

A veces parece que los esfuerzos caen en saco roto.

Y cuesta entender, como dijo un poeta português, que

“tudo vale a pena quando a alma não é pequena”.

(Afortunadamente no son todos los días así, y días como esos nos hacen apreciar el resto, que son la inmensa mayoría).

martes, 9 de noviembre de 2010

Música para un día lluvioso


Llueve.

Bebo una taza de té al calor del fuego.


Ahora Darwin dormita en mi regazo.


Y esta canción me encanta.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Bienvenido, Darwin

Hace unos ocho años me enamoré de un Gato (ése era su nombre).

De acuerdo, me enamoré de su dueño... pero es que se parecían tanto! Ambos eran inteligentes, juguetones y mimosos. Siempre estaban disponibles para un recibir un abrazo, para compartir un momento triste y aquel año compartimos incontables momentos felices.

Gato desapareció una noche, seguramente fue a buscar a alguien de quien enamorarse. Pero el dueño se quedó conmigo.

Pasaron los años, felices, pero no pasó la saudade del dueño-del-Gato-sin-gato, que, a pesar de la insistencia, nunca consiguió que yo cediera a acoger uno. Un buen día supe que la Vida está hecha de excepciones, de cedencias en pro de algo mayor, y el Amor no crece sin un poquito de esfuerzo...

Así que el pasado sábado Darwin entró en nuestras vidas, en forma de regalo de cumpleaños. Creo que es el mejor regalo que le he podido hacer al dueño. Darwin crecerá a nuestro lado.

Ahora me es imposible no quererle!