miércoles, 5 de mayo de 2010

Personajes: La Florista

Nunca he hablado con ella, no sé su nombre ni nada de su vida. Pero paso a su lado todas las mañanas, a la puerta de su pequeño negocio en una esquinita de la calle con más tráfico de la ciudad. Casi siempre la encuentro con una sonrisa en la boca y con aspecto de quien disfruta de una verdadera paz de espíritu. Y en cierta manera su sola visión me alegra la mañana.

Raras veces se ven clientes en su gruta-vergel - debe de tenerlos, claro, tal vez no a esa hora. Sólo la he visto hablar con lo que parece un nieto o un sobrino. Parece tan absorbida en su tarea, ajena al tráfico y al tiempo, con su delantalito verde y sus guantes de jardinera, ordenando la mercancía, colocando macetas, regando las flores, que se diría que en cualquier momento sus brazos van a convertirse en hojas, su cuerpo en un tronco leñoso y sus pies en un tiesto de barro. Como decía Camões "Transforma-se o amador na cousa amada". Me pregunto si es un ser de este mundo aquella verde mujer.

Me he dicho que un día paro, penetro en la gruta vegetal, establezco conversación con ella y le compro un ramo de flores. Y desvendo el misterio de la florista.



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