lunes, 26 de abril de 2010

La curiosa paradoja de la camella corredora

Desde que ha caído en mi espalda una mochilita camelbak mis vida de trotacarreteras y correcaminosen ha mejorado sustancialmente.

Parece mentira que con un cachejo de tela (superchula!), cremalleras y cintas bien dispuestitas obtenga:

1. Motivación para correr por tener un accesorio más para el efecto;
2. Un espacio para llevar móvil, llaves, dinero, etc. No es que necesitase llevar todo esto hasta ahora, pero teniendo espacio me obligo a llenarlo - según la conocida y demostrada
teoría del bolso de mujer, y por lo tanto, me obligo a correr más lejos y pensar: "menos mal que tengo el móvil, estoy tan lejos de casa que si me pasa algo, siempre puedo llamar".
3. Agua disponible, claro! Pensé que pasaría las millas enc
hufada a la sonda hídrica, pero lo cierto es que corro con tanta gana que una de dos: o respiro o bebo. Puede parecerme que ando paseando un litro de agua a lo tonto, pero lo cierto es que el hecho de cargar con ello me da más fuerza para correr con más ganas y pensar: "no pasa nada, cuando me dé la sed, puedo beber y saciarme".

La conclusión: me siento una camella corredora, cargada con más agua y trastos de los que necesito.
La paradoja: cuanto cargada voy, más deprisa corro y más lejos llego.
La pergunta
: soy normal?


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